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Los famosos y la historia

¿Por qué los realitys show son un formato televisivo tan famoso? Será porque muestran lo más natural y salvaje de los humanos.


Publicado el

Por: Carolina Hernández

CIUDAD DE MÉXICO.- Hola qué tal, yo soy Carolina Hernández y este es Sin Esdrújulas tu micro mini podcast en el que escribo cosas que luego leo ser popular… sin éxito por supuesto. Y hoy quiero hablarles, finalmente, de la observación como método de estudio y el chisme como fenómeno social.

Hay un reality show del cual me he resistido a hablar porque me parece muy desolador que estando el país como está se le dedique tanto tiempo a eso, pero hoy precisamente necesito desconectarme de esas noticias que sí me impactan para pensar en esas otras que me valen madre. Durante años, los científicos han usado animales para explorar sobre las las dinámicas sociales, los encierran contra su voluntad en espacios artificiales y luego los ven día y noche. Toman nota de sus reacciones, de cómo se comunican e identifican lo que detona en ellos emociones placenteras y displacenteras.

La observación en la ciencia ha sido fundamental. De ahí se desprenden explicaciones sobre el comportamiento, se consiguen datos sobre las conductas de los seres en espacios controlados y todo eso se inserta en un contexto teórico.

En la observación no participante, no se interactúa con los sujetos de estudio, sino que se limita a observar desde un lugar alejado. Eso para mi es un reality, solo que a diferencia de los otros animales, aquí los sujetos de estudio entran por voluntad propia.

¿Por qué son tan populares?, porque nos encanta el chisme. En tiempos prehistóricos, para prosperar teníamos que saber qué estaba pasando con las personas que nos rodeaban. En esos días, si sabías mucho sobre alguien, por definición esas personas eran socialmente importantes.

Ahora, famosas. No mejores, populares.

Estar al tanto de la información sobre estas personas populares engaña a nuestros cerebros para que piensen que las celebridades son socialmente importantes para nuestras vidas. Spoiler: no lo son.

Pero los chismes de las “celebridades” además nos dan puntos en común con otras personas que también saben de eso o mejor aún que no saben pero quieren saber.

El conocimiento de la cultura pop nos da algo de qué hablar durante esos incómodos pequeños encuentros o en fiestas donde no conocemos a muchas personas. Se llama construcción identitaria.

Observar cómo los participantes enfrentan situaciones de estrés, cooperación y competencia permite a la audiencia analizar comportamientos y tomar perspectivas diversas. Esto se convierte en un tema de conversación constante, tanto en línea como en la vida cotidiana. Y eso además, nos desconecta por un rato de una realidad que puede o no (y es) desoladora.

En México hoy están sucediendo muchas cosas y este momento de nuestra historia política será al que volvamos en unos años, cuando las consecuencias de esto nos alcancen.

Quién sabe, a lo mejor sí nos volvemos Dinamarca… o a lo mejor no. Pero será interesante ver a qué le estábamos poniendo atención cuando México cambió.

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