Dan textiles mazahuas identidad al Estado de México
Plasman textiles mazahuas cosmovisión de antepasados en el Estado de México, los bordados son elaborados con diferentes técnicas.
TOLUCA, Estado de México.- Los textiles, al igual que muchas otras artesanías, son productos que además de comercializarse son objetos con un profundo sentido cultural, que cargan significados individuales y colectivos que denotan tradiciones orales y sobreponen la reproducción cultural de los pueblos.
En este sentido, el bordado mazahua resguarda memorias de los pueblos, que son transmitidas de generación en generación a través de los diseños, técnicas, colores y, en este caso, a través de la indumentaria.
La producción textil mesoamericana ha tenido un largo desarrollo desde el periodo preclásico, logrando un alto grado de perfeccionamiento al momento de la conquista y su uso se debió a la sedentarización, ligada a una agricultura de milpa y la domesticación de varias especies, además para la elaboración de textiles reinaba el telar de cintura.
Para unir lienzos usaban el bordado en una amplia gama de puntadas y efectos haciendo de esta actividad una práctica vital y simbólica.
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Las comunidades mazahuas del Estado de México son un reflejo del patrimonio intangible que ha sobrevivido cientos de años, sobresalen los municipios de Villa de Allende, San Felipe del Progreso y Temascalcingo.
Las comunidades mazahuas poseen una cosmogonía arraigada que abarca mitos, rituales y símbolos que han sido transmitidos durante generaciones.
Uno de los bordados emblemáticos es el pepenado, el cual hace referencia al acto de pepenar los pliegues de la tela que, al ser atravesados por hilos de colores, dan como resultado un diseño en negativo; su origen alude a los bordados de Europa con el nombre de hilvanado, siendo un ícono de esta zona