Llegó la restauración y vestimenta del Niño Dios a Toluca
En Toluca, la tradición de reparar y vestir al Niño Dios se mantiene viva con generaciones de artesanos y comerciantes que resisten los cambios de la modernidad.
EDOMEX.- Cada figura del Niño Dios tiene una historia y, con los años, es común que sufra daños. Por fortuna para las y los fieles católicos, previo al Día de la Candelaria que se celebra cada 2 de febrero, decenas de restauradores y comerciantes de ropa, salen a las calles y plazas públicas para embellecer estas figuras.
Desde el Jardín Zaragoza en Toluca donde este año se instalan quienes venden todo tipo de artículos para la ocasión, Antonio García, restaurador con más de 60 años en el oficio, explica que los procesos pueden durar desde una hora hasta dos días, dependiendo del estado de la imagen.
Las restauraciones de los Niños Dios pueden tomar un par de horas o días. Foto: Alberto Dzib.
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Normalmente piden los dedos, las cabecitas, que son las que más se maltratan. Se trabaja con todo tipo de material: madera, pasta, resina, se hace la base del molde para el dedo, hasta el pintado, todo es a mano porque cada Niño tiene una posición distinta.
Los costos de restauración varían, pero siempre suelen ser muy accesibles si se considera que es un oficio que se debe llevar a cabo con el mayor cuidado posible.
Desde 10 o 30 pesos por detalles pequeños, hasta 300 pesos cuando el Niño viene bastante roto y hay que reparar dedos, pies, manos, pestañas y cabeza
A pesar de la permanencia del negocio, don Antonio García reconoce que la fe ha cambiado con el tiempo y con ello también la demanda de trabajo de los restauradores.
“Las personas mayores son las que más acuden aquí. La nueva época ya no es lo mismo que antes”.
¿Cómo se elige la vestimenta del Niño Dios?
Cada año, los fieles además de la reparación, buscan ropa especial para vestir al Niño Dios en el Día de la Candelaria.
Alba Camacho Romo, comerciante de vestimenta para estas figuras, explica que los estilos han cambiado con el tiempo, si bien hubo momentos en los que la gente los vestía de jugador de fútbol o hasta de luchador, ahora las propias iglesias exigen que se omitan ese tipo de atuendos y se elijan los más tradicionales o neutros.
“Antes era más común vestirlos de Sagrado Corazón, de Atocha o del Papa, ahora ya se está trabajando más en vestimentas que asimilen a nuestro padre Jesús”, comenta.
El precio de la vestimenta también varía según el tamaño y la calidad de la tela, ya que hay para todos los tamaños y estilos.
“El ropón tradicional cuesta 210 pesos e incluye ropa interior, calcetas, sonaja y mamila. Hay vestimentas desde 320 hasta 580 pesos, también vendemos sillas, canastos, zapatitos y cobijas, todo lo necesario para completar la presentación del Niño Dios”, detalla Camacho.
¿Sigue vigente la tradición?
Los comerciantes coinciden en que el interés por la restauración y vestimenta del Niño Dios ha disminuido entre los jóvenes.
“La mayoría de los jóvenes ya no están tan interesados en Dios, porque en las escuelas ya no se inculca mucho. También depende de nosotros como padres”, señala Camacho.
Pese a los cambios, la tradición sigue viva en Toluca, donde restauradores y comerciantes mantienen un oficio que, más que un negocio, es una manifestación de fe.
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