Las costillas del Diablo: ¿por qué son el terror de Tepotzotlán?
Tepotzotlán es uno de los doce Pueblos Mágicos del Estado de México, con un gusto por las leyendas que le hacen un lugar místico y aquí te contamos una de ellas.
TEPOTZOTLÁN, Estado de México.- En la cercanía del Día de Muertos , el misticismo de Tepotzotlán es una buena opción para visitarlo y conocer sus leyendas, donde brujas, nahuales, duendes, lloronas, aparecidos y demonios son los protagonistas. Aquí te contamos una de ellas, 'Las costillas del diablo'.
Una leyenda, según su definición, es una narración oral o escrita de hechos fantásticos que se transmite de generación en generación; son parte de la tradición popular y se han transmitido de forma oral desde la infancia y en Teptozotlán, gustan mucho de contarlas, es parte de la historia de este Pueblo Mágico mexiquense.
Si no conoces Tepotzotlán, te dejamos algunos detalles para que lo consideres en tus próximos planes para vacacionar o bien, visitarlo en un fin de semana.
Entre historias y leyendas, Tepotzotlán un Pueblo Mágico
Este municipio con raíces prehispánicas, cuyo nombre en náhuatl, 'Tepozohco-tlán' significa 'lugar en el cerro del cobre', tiene una historia desde antes de la llegada de los españoles, poblada por los otomíes una cultura que hasta hoy se conserva.
A Tepotzotlán llegaron los frailes agustinos en el siglo XVI, fundaron el convento de San Francisco Javier , una construcción barroca construida entre 1555 y 1560; actualmente convertido en un museo que exhibe una colección de arte sacro y objetos históricos muy importantes; es uno de los atractivos turísticos que ofrece el Pueblo Mágico junto con el ex colegio de San Francisco Javier .
Además, el Manantial del Sabino de cuyo tronco brota agua es uno de los tesoros naturales de Tepotzotlán.
El misticismo de este municipio que guarda secretos y hace que las leyendas sean parte de su historia, una de ellas la que cuenta la visita del diablo a este Pueblo Mágico.
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Las costillas del diablo, una visita terrorífica
Los habitantes de Tepotzotlán cuentan que el diablo visitó el municipio, llegó para llevarse a su casa una piedra, solo por el gusto de tenerla; Sin embargo, no logró su objetivo porque la piedra era enorme y de gran peso, lo que le impidió moverse.
Ante tal situación, Satanás buscó la forma de llevarse la piedra , recurrió a los mecates, rodeó la roca con la intención de jalarla para deslizarse; para su mala fortuna, no pudo moverla porque estaba pegada al suelo de lava volcánica.
El señor de los infiernos hizo varios intentos para apoderarse de esa gran roca, pero fracasó ; la leyenda cuenta que no obtuvo su piedra ansiada, pero dejó su marca de por vida.
Pensando un poco en cómo resolver este asunto, el señor del infierno tuvo la ingeniosa idea de rodear la piedra con mecates para facilitar su transporte y gradual. Pero sus esfuerzos fueron en vano, ya que no pudo ni siquiera mover un centímetro el objeto pesado debido principalmente a que se encontraba pegado al suelo de lava volcánica. Así que, tras varios intentos, el diablo sucumbió ante la fuerza de la roca de Tepotzotlán.
Cuenta la leyenda que, a pesar de no llevarse la piedra, hizo un esfuerzo monumental, tanto, que dejó sus costillas marcadas en el suelo y se fue antes de que cantara el gallo.
Así, que si te gusta lo paranormal, visita el lugar y busca las costillas del diablo.
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Túneles, campanas, brujas y otras leyendas en Tepotzotlán
Tepotzotlán es rico en leyendas, hay una que asegura la existencia de túneles que van desde el Colegio Jesuita hasta diferentes haciendas y parroquias de la periferia ; También hay otra que habla de una campana encantada , que surgió tras caer y hundirse el suelo quedando en el lugar cuando se colocaban en la torre grande, en 1762.
En 1914, dice la leyenda, que los carrancistas llegaron a Tepotzotlán y trataron de sacarla, pero no lo lograron, ya que entre más escarbaban, la campana más se hundía.
Las brujas también tienen su leyenda, cuentan que en los cerros se reúnen, hacen sus sesiones y después salen a chupar la sangre de los niños pequeños, principalmente, de aquellos que no están bautizados.
Otra de las leyendas es la del jinete vestido de negro con botonadura de oro, montado en un caballo negro, de cuyos cascos y cola salen chispas cuando se aparece en algunos caminos para seducir con su riqueza a la gente codiciosa.