La vestimenta tradicional en el Estado de México: historia y significado
La indumentaria tradicional es uno de los rasgos culturales que forman la identidad de la sociedad; las personas reflejan en las prendas que portan parte de su vida.
TOLUCA, Estado de México.- El Instituto de Investigación y Fomento a las Artesanías (IIFAEM), institución encargada de preservar y fomentar esta importante parte de la identidad de la sociedad, cuenta con un registro de mil 405 artesanas y artesanos, de los cuales 921 son mujeres y 484 hombres.
Estos talentosos individuos se dedican a la elaboración de prendas como quexquémetls, gabanes, fajas, camisas, blusas, huipiles y rebozos, entre otras. Estas prendas forman parte de la vestimenta de los pueblos originarios del Estado de México.
Las cinco etnias presentes en la entidad, mazahuas, otomíes, matlatzincas, tlahuicas y nahuas, conservan y ejecutan técnicas artísticas ancestrales para la elaboración de estas prendas. El uso de iconografía tradicional es una característica importante en su proceso de creación.
En el Estado de México, se consideran artes textiles el telar de cintura indígena u otate, el telar de pedal, el bordado, el deshilado, el empuntado, el lana en bastidor y el uso de tintes naturales. Estas técnicas son utilizadas por los artesanos para crear prendas únicas y llenas de historia.
La vestimenta tradicional femenina se caracteriza por el uso de faldas vistosas, fajas de lana o bordadas, chincuetes o enredos, blusas con motivos florales, quexquémetls, rebozos, arracadas de plata de filigrana, huaraches, entre otros elementos. Estos elementos varían dependiendo de las condiciones climáticas de los municipios y de las etnias a las que pertenecen.
Por otro lado, la vestimenta tradicional masculina es menos llamativa, pero no menos significativa. Consiste en el uso de camisa de manta bordada, pantalón y huaraches, así como un amarre en la cintura elaborado en telar de cintura.
La elaboración de la indumentaria tradicional en el Estado de México es un proceso que requiere de días o incluso meses de trabajo. Estas prendas son sustentables y tienen una gran carga cultural, lo que las convierte en piezas dignas de ser preservadas y consumidas.