Día de la Candelaria: en esto consiste la vestimenta de Niños Dios

TOLUCA, Estado de México.- En diversas regiones del Estado de México, el 2 de febrero, mejor conocido como el día de la Candelaria, se celebra la costumbre de vestir al Niño Dios, marcando el cierre de las festividades decembrinas.

  

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¿Cuál es el origen de esta costumbre?

Esta tradición, con origen en eventos religiosos bíblicos como la Purificación de la Virgen María y la Presentación de Jesús en el templo de Jerusalén, es una forma de conmemorar la ley mosaica que indicaba la presentación en el templo 40 días después del parto.

María y José llevaron al Niño Jesús al templo, donde fueron recibidos por el anciano Simeón, quien reconoció al niño como Luz para las naciones.

La costumbre de vestir al Niño Dios y llevarlo a bendecir a la iglesia representa simbólicamente esta presentación en el templo. Es por ello, que se acostumbra realizar este acto con los niños del nacimiento.

Esta festividad, además de ser un acto religioso, es una oportunidad para fortalecer los lazos familiares y culturales, convirtiéndose en una de las celebraciones más significativas en el calendario mexicano. 

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¿Cómo debe vestirse al niño Dios?

 

La Iglesia Católica no establece una forma estricta de vestir al Niño Dios, pero sí existen algunas recomendaciones y costumbres que se siguen, especialmente durante el Día de la Candelaria.

• Ropa sencilla pero elegante: Tradicionalmente, el Niño Dios es vestido con ropa de estilo tradicional, como una túnica o una capa. Los colores más comunes son el blanco (que simboliza pureza), el rojo (que representa la pasión de Cristo) o el dorado (que simboliza la gloria y la divinidad).
• Atributos religiosos: Algunos padres incluyen pequeños detalles como una corona (que representa la realeza de Jesús) o una pequeña cruz. Otros también lo visten con ropajes que imitan los de la época en que nació Jesús.
• Ropa adecuada para la bendición: En muchas comunidades, se visten al Niño Dios de una forma que es apropiada para llevarlo a la iglesia a la bendición, asegurándose de que su vestimenta sea adecuada para la ocasión.
• Evitar excesos: Aunque es una tradición decorarlo con ropa llamativa, la Iglesia prefiere que la vestimenta del Niño Dios sea humilde y respetuosa, evitando ostentaciones innecesarias.

Es importante recordar que, más allá de la ropa, lo esencial es la devoción y el respeto con que se lleva a cabo la celebración, destacando la significancia espiritual del acto.

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